Uno de los principales problemas que enfrentan los países en desarrollo es la informalidad laboral. En estos países, la tasa de informalidad es bastante alta, lo cual genera baja productividad y bajos niveles de desarrollo y crecimiento económico. El desempleo, las dificultades que se asumen cuando se van a crear nuevas empresas, la tramitología, los elevados costos de contratación y los impuestos inciden en que las tasas de informalidad en estos países continúen creciendo y, como lo indica el Banco Mundial (2007), el crecimiento de este fenómeno a lo largo de la década de los años noventa merece atención.